jueves, 19 de junio de 2014

RELATO SOBRESALIENTE. CURSO 2014 LENGUA CASTELLANA

                                                  EL DELINCUENTE                                         
Hacía tres semanas que él había salido de la cárcel. Era un hombre alto, moreno, de unos cuarenta y cinco años. Estuvo seis años entre rejas porque había matado a su mujer en una discusión justo antes de divorciarse. A pesar de haber contratado al mejor abogado de Madrid, no pudo hacer nada contra el presidente de la asociación contra el maltrato de género, que se presentó como parte de una acusación particular y era una de las personas más influyentes en ese sentido.
El último año de cárcel había estado preparando un asesinato para vengarse. Se lo había imaginado de muchas maneras, pero al final pensó que la que daría mejor resultado sería la de la bomba en el tren.
Había estado preparando la bomba, tenía amigos que podían facilitarle las piezas, y lo consiguió. Sabía que el presidente de la asociación iba todos los días en tren hasta su oficina y en que vagón se sentaba.
Una hora antes de que el tren parase en la estación donde se subía el presidente, José, el asesino, se montó y colocó la bomba en un lugar del portaequipajes, sobre un asiento central del vagón, y en la siguiente parada se bajó. En esa misma parada subieron una chica joven, que parecía que había estado de juerga toda la noche y una señora mayor. La chica se sentó en el primer sitio que vio, pero ese sitio era el de la señora y además el asiento que estaba bajo la bomba. La señora mayor le dijo a Marta que se levantase, pero la chica no quería. Después de cinco minutos discutiendo, Marta se cambió de sitio. La mujer, al intentar colocar su bolsa en el portaequipajes vio la mochila que José había dejado hacía unos diez minutos. Creía que era de Marta, y se la iba a devolver cuando notó algo raro. La mochila pesaba mucho, y la señora la abrió. Vio la bomba y se quedó paralizada. Llamó al revisor y este mando parar el tren. Un rato más tarde el vagón estaba lleno de policías investigando y preguntando a los viajeros. Todos creían que había sido Marta, incluso la policía. La llevaron a comisaría e intentaron que dijese cosas, pero en realidad ella no sabía nada.
José lo vio todo en las noticias y pensó que la mejor manera de que todo acabara sería matando a Marta, así, todo el mundo creería que había sido Marta y que se había suicidado porque no podía soportar la presión. José investigó un poco y descubrió donde vivía Marta. También supo que dormía en su casa, pero con policías en la puerta de su bloque de pisos. Esa noche José entró en el bloque como un vecino más. Una vez dentro llamó a la puerta de la casa de Marta, y esta le abrió. José la apuntó con una pistola y se sacó un bote del bolsillo de su chaqueta. El hombre le dio el bote a Marta y la dijo que se tomase las pastillas que había dentro, que solo la dormirían. Marta estaba aterrorizada y le hizo caso. Esto la costó la vida.
Al día siguiente todas las noticias decían que la chica de la bomba del tren se había suicidado con una sobredosis de medicamentos porque no podía soportar la presión, aunque la policía no decartaba otras hipótesis, como por ejemplo la de asesinato.
José, como el resto de España vio la noticia, y recordó muchas veces lo que pasó en la casa de Marta, porque no estaba seguro de haberlo hecho todo perfecto, y temía haber cometido algún error que le llevase de nuevo a la cárcel.


Por Sergio Cavia. (relato lengua 3ºesoB 2014) 01/06/2014.

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